Especialistas venezolanos crean programas para beneficiar a los pacientes
A pesar de la crisis, investigadores de universidades y fundaciones siguen estudiando cómo optimizar los procesos para sanar a un costo más bajo
DALILA ITRIAGO DITRIAGO@EL-NACIONAL.COM
La picadura de una oruga no es igual a la de un alacrán. Por tanto, los efectos no serán los mismos, a pesar de ser atrópodos. Justamente para evaluar lo riesgoso del pinchazo del insecto, los investigadores del Instituto de Medicina Tropical crearon una aplicación tecnológica llamada Bichos, y si aún hoy no ha pasado del plano de la maqueta es únicamente por falta de recursos que permitan la contratación de programadores que la activen.
Julio Castro es profesor en la sección de Infectología de este instituto de la Universidad Central de Venezuela. La dermatóloga Valentina Ovalles y Jaime Torres también colaboraron con el proyecto.
"Queremos que la gente vaya a consulta si la picó un animal, pero buscamos que los pacientes puedan precisar, a través de la aplicación, cuán riesgosa es la picadura. Nos aproximamos a lo que pueda tener y luego lo remitimos al centro de salud más cercano", apunta Castro.
El proceso es sencillo. Se abre la aplicación en un teléfono inteligente, el sistema ubicará georreferencialmente al afectado y luego comenzará a hacerle preguntas respecto a su edad, sexo, y la zona del cuerpo en la que ocurrió la picada. Luego se abrirán pantallas con siluetas similares al bicho en cuestión: abeja, alacrán, escalopendra, entre otros.
Castro explicó que los mosquitos no entran en la lista, pues no son mortales y la idea es evaluar la peligrosidad del accidente justo en el momento agudo cuando este ocurrió.
La aplicación es @Appbichosimt y aún no está activada porque tiene un costo que oscila entre 6.000 y 7.000 dólares.
Firmas electrónicas
A principios de este año la Fundación Jacinto Convit inauguró la Unidad de Diagnóstico Molecular, donde hay un proyecto para la detección precoz y personalizada de cáncer para la población pediátrica, entre 300 y 500 beneficiarios, que asiste al hospital J. M. de los Ríos y al hospital Elías Toro.
Yaneliz Lafee, periodista de la institución, explicó que allí se reciben muestras para hacer análisis y descartes gratuitos de leucemia, así como de tumores sólidos cerebrales.
Oscar Lovera, director de Proveedor de Certificados, Procert, informó que esta empresa ofrece el servicio de certificación y de firmas electrónicas como prueba legal para cualquier documento.
Procert firmó un convenio con la Fundación Jacinto Convit en el área de responsabilidad social empresarial y les brinda esta tecnología completamente gratis a los pacientes pediátricos.
"Imaginemos que llega un niño a un hospital público. Si él tiene una patología, se le hacen estudios, de eso saldrá un informe y este documento electrónico se enviará gratuitamente al hospital. Esto garantiza inmediatez, seguridad jurídica, reducción de costos, y a efectos de las historias clínicas no se precisará el original", indicó.
Lovera comentó que la firma electrónica es un resumen algorítmico que puede configurarse para que aparezca de manera autógrafa, como las que se hacen sobre el papel. Esto lo lograron luego de haber validado la identidad de los especialistas, las personas de la fundación y de haber generado un archivo que luego se hará intransferible.
Clases virtuales
La Facultad de Medicina no se queda rezagada. El profesor Héctor Arrechedera, coordinador de Informática Médica de la UCV, añadió que el próximo viernes 9 de diciembre inaugurarán el proyecto ECHO Venezuela, el cual, en alianzas con la Universidad de Nuevo México, ofrece hacer teleclínicas para que estudiantes o médicos generales puedan conectar con especialistas para el manejo de patologías completas.
"Habrá un grupo de especialistas coordinados por la doctora Judith Toro, quienes darán la clínica de embarazo de alto riesgo. Esto es importante porque se estudiarán casos clínicos reales para el manejo de patologías complejas, que forman parte de las primeras causas de mortalidad en el país", dijo Arrechedera.
